Tiempos de retos y dar lo mejor

Se ha convertido en un lugar común decir que la pandemia por la Covid-19 nos cambió a todos, pero creo que es un enfoque equivocado.

La crisis sanitaria nos exhibió en nuestras debilidades y proezas como seres humanos.

Por un lado, asistimos a una tragedia humanitaria, pero también observamos a científicos trabajar a contrarreloj para fabricar una vacuna en tiempo récord en toda la historia de la humanidad.

Nos vimos envueltos en una reflexión sobre el concepto de desarrollo que tenemos fijado como sociedades y observamos cómo la ausencia de las actividades humanas, ya sean industriales, de movilidad o vida diaria, permitieron darle un respiro a la naturaleza y el ambiente.

Llevamos décadas escuchando sobre las consecuencias del cambio climático, pero por fin pudimos comprobar que la inactividad humana era directamente proporcional a la recuperación de tierras, especies, mantos acuíferos, flora y fauna en general.

De igual forma, fuimos testigos de una crisis económica sin precedentes. El barril de petróleo llegó a tener un precio menor a su valor con cifras de menos 7 por ciento, algo impensable para cualquiera. Observamos el cierre masivo de empresas de todo tipo, la caída estrepitosa de las finanzas públicas y el colapso de muchas economías.

La pandemia, además, nos dejó nuevas formas de interrelacionarnos, trabajar y ser productivos.

El agua potable, los servicios de alcantarillado y saneamiento fueron claves para poder hacer frente al diminuto virus que puso en jaque a todos. Gobiernos de los tres niveles idearon estrategias imposibles para llevar agua a quienes carecen de casi todo, comenzando por el vital líquido y la alimentación.

Y justo en medio de todas esas preocupaciones, en México asistimos a la renovación de 500 diputados federales, 15 gubernaturas, mil 925 municipios y decenas de Congresos locales.

Curiosamente, el cambio de mandos gubernamentales coincidió con el levantamiento de la cuarentena y la reactivación económica.

Para la ANEAS, la pandemia nos dejó grandes enseñanzas, pero también la seguridad de que hay muchos retos por delante que solo podremos salir avante con inteligencia y carácter.

Pese al oscuro panorama que se yergue sobre nuestro sector, hay en el consejo directivo, socios, funcionarios, personal y aliados, la seguridad que el destino está en nuestras manos.

La ANEAS, hoy más que nunca, se ha convertido en un organismo de interés capital para el desarrollo de México. En donde hay incertidumbre, nosotros estamos preparados para ofrecer certezas a nuestros socios. En donde se necesita apoyo, estamos con estrategias claras y definidas, probadas en campo y surgidas de intercambios de experiencias exitosas.

Hoy, nuestra Asociación está convencida que su misión es más que pertinente. Sin sonar presuntuosos, estamos claros de que formamos parte de un sector que debe considerarse prioritario para la Seguridad Nacional (la pandemia es una muestra). Es por eso que ponemos a disposición de nuestros nuevos socios y a los gobiernos que arriban al poder todo el bagaje de conocimiento con el que contamos para tener administraciones exitosas y, sobre todo, que impacten positivamente en la calidad de vida de sus gobernados.

Este ejemplar que tiene en sus manos guarda, además, un particular interés para nosotros. Con esta edición consolidamos 20 años de vida de nuestra revista, el órgano de comunicación de la ANEAS. El cambio que observa en su diseño y contenidos pretenden crear un ambiente disruptivo y propositivo. Dos condiciones que el mismo país nos reclama a todos y que la pandemia nos permitió valorar y rescatar.

Ing. Arturo Jesús Palma Carro

Scroll to top
Close