Acuíferos, vida que “se escurre como el agua”

Son oasis, humedales en las profundidades. Los acuíferos son la fuente de abastecimiento de agua más importante del país. El 70% de los mexicanos dependen de la disponibilidad del líquido almacenado en ellos.

Por: Ramón Aguirre Díaz, Presidente del Consejo Consultivo de la ANEAS

La creencia popular es que los acuíferos son ríos subterráneos, pero en realidad se trata del agua que se filtra de la superficie al subsuelo y que se ha venido almacenando durante siglos en las formaciones geológicas, ya sea entre las grietas y fisuras de las rocas o en los pequeños espacios entre las partículas de los suelos granulares.

¿Cómo podemos ejemplificar un acuífero de manera más sencilla? Imaginemos un frasco lleno de canicas al que le vertemos agua que ocupará los “huequitos” entre cada una de las cuencas de vidrio. Si introducimos un popote podemos extraer toda el agua. En este ejemplo el frasco contiene al acuífero que almacena el agua y el popote es el pozo de explotación.

En México existen 653 acuíferos, según los datos que proporciona la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Uno de los más grandes es el del Valle de México, con una superficie de 9,800 km² y 2,000 m de profundidad, es decir, una extensión equivalente a 5.5 veces la ciudad de Acapulco, pero con dos kilómetros de hondo y del cual dependen 22 millones de habitantes.

Los datos nos indican que, anualmente, de cada 100 litros de agua de lluvia tan solo 6.4 se logran filtrar a los acuíferos, el resto del líquido se evapora o se escurre por ríos y arroyos. En nuestro país se empezaron a perforar pozos de extracción de agua subterránea, para el abastecimiento público, a principios del siglo XX. Previo a ello tan solo se empleaba el agua de fuentes superficiales (ríos, lagos y manantiales), o bien los pozos caseros o norias.

“Los acuíferos fueron la salvación para muchas ciudades del país, lo malo es que de los 653 que están registrados en México, 115 están sobreexplotados”

¿Cómo sabemos que un acuífero está sobreexplotado? Cuando es mayor la cantidad de agua que se extrae de la que logra infiltrarse y la Ley de Aguas Nacionales los establece como zona de veda para que ya no se autoricen más concesiones que pongan en peligro la sustentabilidad hidrológica.

Los acuíferos fueron la salvación para muchas ciudades del país, lo malo es que de los 653 que están registrados en el país, 115 están sobreexplotados ya que de ellos se extrae más agua de lo que es sostenible a largo plazo. El agua que contienen no es infinita.

De acuerdo con el ingeniero Rubén Chávez Guillén, quien es considerado uno de los mejores geohidrólogos de México, los acuíferos presentan siete características:

  1. Pueden ser enormes almacenamientos subterráneos, con volúmenes de agua mucho mayores que cualquiera de las grandes presas. Para dar un ejemplo, el acuífero del Valle de México (el más grande del país) tiene aproximadamente el volumen equivalente a unas 5,000 veces la capacidad de la presa Valle de Bravo. Aquí debemos decir que, aunque hay límites respecto al agua que se puede extraer de un acuífero, eso no quita que los volúmenes almacenados pueden llegar a ser enormes.
  2. Muchos acuíferos aportan agua de calidad potable debido a que el agua que transita en ellos, y antes de eso por la zona no saturada, pasa por capas de suelo que van filtrando los contaminantes, siendo finalmente un proceso de depuración natural. Dependiendo de las características de las formaciones geológicas donde se almacena el agua, pueden llegar a tener algunos contaminantes, pero la gran mayoría tienen agua de calidad.
  3. A diferencia de una presa, que por la evaporación puede perder en un año más de dos metros de altura (un volumen impresionante si trasladamos la evaporación a toda la superficie de la presa), el agua dentro de un acuífero no se evapora, salvo casos excepcionales llega a pasar por una ligera evapotranspiración en acuíferos con aguas muy someras.
  4. Aunque no imposible, es difícil que un acuífero se contamine por elementos externos que afecten su calidad. Precisamente los procesos de depuración naturales del subsuelo ayudan a atenuar, retardar o evitar su contaminación, situación muy diferente a lo que sucede en el caso de las aguas superficiales.
  5. No se ve afectada su disponibilidad debido a variaciones climáticas ya que se pueden enfrentar periodos de sequías de varios años sin que disminuya el agua que puede extraerse de los pozos, dado que la gran cantidad de agua almacenada en ellos les permite compensar las variaciones de ciclos entre años secos y lluviosos.
  6. No tienen problemas de azolves que resten su capacidad de almacenamiento, como es el caso de las presas que durante su vida van recibiendo sedimentos que arrastran los cuerpos de agua que las alimentan; su capacidad sólo se puede ver ligeramente mermada en los casos de sobreexplotación debido a la compactación de sus estratos de suelo, resultado de la excesiva extracción de agua.
  7. En muchos casos, dada su gran extensión, los acuíferos se asemejan a una red de acueductos que permiten captar el agua mediante pozos construidos en los sitios de consumo o a corta distancia de ellos, evitando las grandes longitudes de conducción. Esta cualidad es importante para el abastecimiento, no sólo de las grandes ciudades, sino también de las pequeñas localidades y zonas rurales.

Definitivamente, el agua de los acuíferos ha representado una gran y económica solución para abastecer las ciudades, pero su agotamiento debido a la sobreexplotación puede provocar problemas irresolubles para las próximas generaciones. Si nos quedamos sin los benditos acuíferos, no está claro cómo se van a abastecer los mexicanos del futuro. Se deben adoptar desde ya las medidas necesarias que garanticen su conservación y que sus aguas siempre se mantengan en niveles óptimos para su consumo.

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