La esencia estratégica de las aguas profundas

Por Martha Cotoret

Las aguas subterráneas en México abastecen de agua potable a aproximadamente el 75 por ciento de la población. Y también sirven para abastecer al 72 por ciento del sector industrial que se encarga de la elaboración de productos alimenticios y productos como refrescos, bebidas, etcétera, informó el doctor Óscar Escolero Fuentes, autor del libro Sistemas regionales de flujo de agua subterránea en México.

Pero la importancia de las aguas profundas en México no se queda ahí. De acuerdo con datos compartidos por el especialista de la UNAM, el 90 por ciento de la población en las zonas rurales depende de la captación de agua subterránea, ya sea a través de manantiales o a través de depósitos artesanales u otras formas de captación.

“Desde el punto de vista económico y social, pues es muy importante para el país y sobre todo si vemos que en la parte centro y norte del país donde el tema es árido, la dependencia es todavía mayor. Es un recurso muy importante, muy práctico para el país y obviamente bueno, pues eso ha provocado que haya una explotación intensiva del agua subterránea en centro y norte del país. Estamos hablando de la ciudad de Puebla, la Ciudad de México, pasando por todo el centro del país hasta llegar a la frontera norte, incluyendo los estados de Coahuila, Durango, Nuevo León, Sonora… todos ellos dependen mucho, mucho del agua subterránea para todas sus actividades y pues hoy se están agotando los niveles”, alerta el especialista.

¿Y de dónde surge este problema? Uno de los puntos medulares, explica el doctor Escolero, es el costo: “El precio de la operación y mantenimiento de los pozos pues se ha incrementado. Además, la vida útil de los pozos se ha reducido, y se ha provocado la emigración de agua de mala calidad en algunos de los casos. Y así tenemos ciudades como San Luis Potosí, Aguascalientes, Durango, etcétera, que en el agua subterránea pueden encontrar elementos nocivos para la salud”.

En el centro del país -en zonas como Mazatlán, la Ciudad de México, Toluca, Aguascalientes y Guanajuato-, detalla el maestro en Ingeniería Hidráulica y Ph D. en Ciencias de la Tierra, la extracción intensiva del agua subterránea ha provocado hundimientos y agrietamiento y todo eso pues representa una serie de costos económicos, porque hay que estar reparando las infraestructuras, reparando las calles, reparando la red de drenaje y las redes de agua potable.

“Es un panorama preocupante, no alarmante. En realidad, es un panorama que nos invita a ponernos a trabajar, a atender precisamente estos problemas y empezar a plantear una forma diferente de hacer las cosas para poder este pues darle sostenibilidad a las actividades económicas y sociales que dependen del agua subterránea”, invita el académico.

En el caso de la Ciudad de México, en donde cada vez son más evidentes los hundimientos de la infraestructura, el doctor Escolero considera que se requiere hacer un replanteamiento de la distribución de los pozos para que el efecto no esté concentrado en pequeñas zonas.

“Se requiere entender cómo funciona el agua, de dónde viene, cómo se recarga, cómo fluye, hacia dónde se descarga. Para poder identificar este dispuestos adecuados para redistribuir la fuente de extracción de vuelta en el costo. Entonces hay que trabajar en estos días”, sostiene el investigador en el Instituto de Geología de la UNAM y profesor en el Programa de Posgrado en Ciencias de la Tierra de la UNAM.

“Yo estoy trabajando en una estrategia de sostenibilidad que tiene tres pilares: uno, identificar las fuentes de suministro; segundo, la búsqueda de fuentes alternativas de mantenimiento como la desalinización de agua subterránea, la captación del agua de lluvia e incrementar la captación de manantiales; y el tercero, aumentar la recarga del agua subterránea a través de infiltración de excedente de lo superficial de agua residual tratada. Y en México creo que hace falta trabajar en los tres”, concluyó el experto.

Un asunto de todos

Para el ingeniero Rafael Val, coordinador para América Latina y el Caribe del Programa Hidrológico Intergubernamental de la Unesco, cuidar el agua de aguas profundas es un tema de participación tanto del gobierno como de la sociedad.

“De parte del gobierno tenemos que tener más información acerca de ello. Porque si no somos especialistas en el tema es muy difícil que alguien pueda tener acceso a esa información o realmente la conozca totalmente. Y entonces viene la otra parte: los ciudadanos a la hora de conocerla, pues tampoco es de interés, ¿no? Piensan: ‘si a mí me llega el agua, de una forma u otra, pues no me interesa de dónde esté saliendo’”, asegura el experto en temas académicos en entrevista para la Revista Agua y Saneamiento.

El ingeniero Val es contundente cuando habla de la labor de los gobiernos, municipales, regionales y federal. “Si damos la información, pudiéramos exigir a los ciudadanos que apoyen y que ayuden, y entonces ya tendría la sociedad una responsabilidad ante el mejor uso del agua y el cuidado de los acuíferos de las aguas profundas”, afirma desde su postura de experto en temas sociales relacionados con el sistema hídrico.

“Actualmente tenemos un círculo vicioso: si tú no haces y tú no me das, no llegamos a ninguna parte. Tendríamos que trabajar en un círculo virtuoso en donde todos trabajemos por un mismo fin, que es el cuidar y proteger los acuíferos, las aguas profundas, porque al final es de donde muchas ciudades se abastecen de pozos, sin ellos este sería muy difícil. En la misma Ciudad de México, pues tiene es abastecida principalmente por pozos”, enfatiza el especialista.

En México, explica el ingeniero Val, no hay una campaña que llegue información al consumidor final sobre la importancia de las aguas profundas. “El tema se hizo viral por el Día Mundial del Agua, pero generalmente nos olvidamos de ellos. Pero de ahí en fuera la gente no se da idea de qué tienen abajo, ¿no? Se hacen campañas muy generales, pues de que usen mejor el agua, que tengas un mejor manejo, que no la desperdicies, que las fugas en tu casa”, apuntó el también maestro en Hidráulica en el Instituto de Ingeniería de la UNAM.

¿Y cómo empezar a hacer las cosas bien? El maestro considera que lo primero que se debe hacer es información a todos los niveles y hacer que la población se haga sensible y que sepa cuál es la problemática por la que los acuíferos que están pasando.

“Ahora, ¿cómo creamos esa información? Hay que trabajarla para que llegue a los estudiantes universitarios, que serán los tomadores de decisiones en el futuro y no se queda a nivel de educación básica”, propone el doctor en la Politécnica de Cataluña en materia de ríos en balance térmicos.

El doctor Rafael Val además es fundador de Pumagua, junto con el doctor González Villarreal, en donde nace la sensibilidad hacia esta parte social del sistema hidráulico del país, “porque pues no todo es técnico y en un lugar como Ciudad Universitaria, que pudiera ser fácil, pues no lo es, porque hay mucha diversidad, ¿no? Se encuentran los técnicos, los sociales, los ambientalistas; y hay que tratar de convencerlos de que hay que hacer cosas mejores adaptándonos a sus lenguajes.

“Posteriormente pasé a al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua como subcoordinador de Educación y Cultura del Agua. Y ahí ya empezamos a desarrollar cosas más enfocadas precisamente a libros, a exposiciones. De tal forma que recolectamos la información y la pusimos a disposición de la sociedad con un lenguaje sencillo. Y, bueno, últimamente estuve en el sistema de aguas de la Ciudad de México con la Dirección de Concertación Ciudadana. Y ahí sí, pues ahora sí que es un día a día con la población de informarles cómo está la situación del agua”, detalla Val.

Pese a la falta de información, el doctor Rafael Val considera que no estamos mal en el tratamiento de aguas profundas en México, comparado con otros países de la región. Sin embargo, ve que el país se ha estancado un poco en esta materia.

“Algunos países han volteado a México para ver cómo llevamos esta parte de cultura del agua, de la parte social. Un ejemplo: En México tenemos lo que son los espacios de cultura del agua, que son unos espacios que están en toda la República, y que apoyan precisamente para llevar esta información a diferentes niveles sobre el agua en sus estados, en sus municipios. En ningún otro lugar de Latinoamérica cuentan con esta red de espacios o de promotores de cultura del agua que se les llaman aquí y no cuentan con esta red”, fundamenta.

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